18 de marzo de 2015

El Jiniebro, un tesoro escondido en la Sierra de San Pedro



Hablar de El Jiniebro es hablar de desconexión. Es hablar de tranquilidad, sosiego y sintonía con la naturaleza.  Un rincón perdido en la campiña cacereña que incita a escaparse en pareja o en familia y disfrutar el día sin ruidos, sin prisas, sin rutinas…






Lo encontré por casualidad, buceando en internet buscando un destino tranquilo para el verano, que además tuviese espacios naturales para que disfrutase Pequeña Flor…. Y encontré este tesoro escondido en la frontera hispano-portuguesa. Me guié por lo que transmitía el concepto del propio alojamiento, la conexión con la naturaleza y las múltiples opciones que ofrecía el entorno.



El Jiniebro es una pequeña aldea rural ubicada en el caserío Aceña de la Borrega, en Valencia de Alcántara, que consta de 6 casitas independientes, todas ellas construidas en piedra y con diferentes capacidades.







Nosotros nos alojamos en la Casita del Llano Anta. La decoración exquisita, la casa espaciosa, cómoda, todas tienen su porche independiente, su zona de barbacoa y esparcimiento...y no les falta detalle alguno.







Nada más llegar te impregnan diferentes e intensos aromas que se desprenden de la amplia zona de jardín que tienen, con árboles autóctonos (castaños, enebros, alcornoques, almendros, olivos…), frutales e hierbas aromáticas.



Tiene una pequeña piscina muy cuca, suficiente para darse un baño refrescante después de hacer una ruta por la zona. Los que más la disfrutan son los niños, que campan a sus anchas en busca de lagartijas, huellas de jabalíes o, como me decía Pequeña Flor, lobos… Y luego… a bañarse en la piscina!!!


Una de las cosas que más me gustó es que te dan opción de desayuno por un precio muy económico, por lo que todas las mañanas, en la casita principal de la aldea que hace las veces de recepción, te espera el salón de desayunos con una gran mesa surtida con repostería casera, embutidos, zumos, panes, etc… además de la compañía de la propietaria y anfitriona de la aldea, Ino, una excelente persona y gran conversadora, con la que puedes pasar horas y horas hablando de mil temas, que nunca se acaban.

Por las noches... el mejor momento del día… se hace el silencio en toda la aldea, se contempla un cielo lleno de estrellas como si fuera una lluvia de perseidas, tu música de fondo, tu copa de vino, tus velas... y tu barbacoa a punto de dar cuenta de esa carne de las de verdad, autóctona y recién comprada en la carnicería del pueblo más cercano.


Tengo que decir que me sorprendió gratamente la temperatura de la zona. Cuando piensas en Cáceres, en agosto, piensas en calor noche y día y realmente la aldea se sitúa en la Sierra de San Pedro, por lo que por el día el calor es soportable y por la noche no te sobra una chaquetita. Incluso la agradeces si cenas fuera. Y dormir arropado en pleno mes de agosto, no tiene precio!

Si hablamos de lugares que visitar o actividades que realizar, la zona bien merece la pena, porque ofrece muchísimas posibilidades. Nosotros estuvimos 10 días y aunque repetimos algunas actividades que le encantaban a Pequeña Flor (como las piscinas naturales de Portugal), también nos dejamos algún que otro rincón por ver para próximas escapadas.

En este post os voy a comentar los lugares más próximos a la aldea y dejo para el siguiente los pueblos fronterizos hispano-portugueses, que además, merecen una atención especial.

Una actividad que a los niños les encanta hacer y está muy cerquita a El Jiniebro es la Ruta de los Dólmenes. Es el conjunto de restos megalitos más importante de Europa, con 41 dólmenes (muchos en perfecto estado de conservación). 






Existen 5 rutas bien señalizadas y cómodas de hacer,  por lo que tenéis para elegir. Nosotros elegimos la de los Mellizos y la verdad es que disfrutamos muchísimo, sobre todo Pequeña Flor, impresionada por los dólmenes. 




Además, por el camino podéis encontrar bosques de alcornoqueros, granjas de cerdos ibéricos que se dejan ver cuando pasas por allí, aves de todo tipo (buitres, halcones, águilas…) y pequeñas aldeas con lugareños muy hospitalarios que te ofrecen todo lo que tienen...




Otro lugar que no os podéis perder si queréis probar una de las mejores tortillas y de las más grandes que he visto nunca, es el bar-restaurante En Cá Milio, en Aceña, donde te preparan tortillas de hasta 16 huevos! Son impresionantes. Y podéis acompañarlas de alguna buena vianda de la zona, trabajan muy bien los productos extremeños con influencia portuguesa.




Próxima a El Jiniebro, a 3 km. está Valencia de Alcántara. Muy recurrente, sobre todo, para las compras de los productos diarios. Tiene un importante barrio gótico-judío donde podéis visitar la Sinagoga, así como la Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador.


Y si vais en agosto podéis disfrutar del Festival “La Boda Regia”, un evento que conmemora, mediante una representación teatral, la boda real entre la Infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos y el Rey de Portugal, Don Manuel, en 1497. Se suele celebrar los primeros días de agosto y es bastante ameno, ya que se dan cita diferentes teatros, bailes, música y circo.


Y como comenté antes, la zona es para dedicarle tiempo, por lo que en el próximo post os mostraré algunos lugares y rincones con encanto que visitamos en el entorno fronterizo durante los 10 días que estuvimos.

Relaxing with Nata Caminata.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el Post,las fotografías,preciosasNos encantara veros de nuevo.Un abrazo

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    1. Me alegra muchísimo Ino y más viniendo de tí :-)! ya sabes que tan encantados salimos de tu rincón que este año repetimos!!! Deseando estar ya allí... Un abrazo

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